Fue el día mas frio de ese año cursaba tercero del polimodal, habíamos realizado la presentación de las camperas de promoción hacía varios días. Teníamos evaluación de formación ética y ciudadana, materia q me encantaba y en la que me iba muy bien. Lo que sucedió ese día fue, nos juntamos todos los compañeros o la gran mayoría de ellos como de costumbre en la esquina de la escuela o bien en la plaza, varios de mis compañeros comenzaron a decir que no entremos ese día a la escuela porque la prueba de formación ética, varios dijeron que si la cuestión era “entramos todos o no entra nadie”, y no entro nadie, yo también me prendí a pesar de que había estudiado, nos fuimos todo el curso a acepción de una sola compañera que habías llegado tarde y no sabía lo que sucedía. Nos fuimos pasamos un día agradable entre amigos y compañeros, todos pensábamos que a la próxima clase la profesora nos tomaría la evaluación como habitualmente se hacía en que caso de que falten muchos alumnos.
El problema estuvo en que la profesora, que cabe destacar que es una de las mejores en su haber y no teníamos nada contra ella, al día siguiente nos encontramos con retos de la directora y de la preceptora pero no solo eso la profe se había enojado como nunca con todo el curso, le comunico a la directora lo sucedido, tomo el examen a la única alumna que tenía en el aula y nos dio la posibilidad de un compensatorio por lo que solo contábamos con la nota de dos trabajos prácticos promediados con un uno de evolución de eje, ese eje estuvimos todos desaprobados incluyendo los que teníamos buenas notas y participación en su materia y los abanderados.
La profe a pesar de su enojo, en el que tenía toda la razón, le dolió un montón desaprobarnos de esa manera, ya que no era la primera vez que la teníamos como profesora y nos conocía bastante a la mayoría, sabía que éramos un grupo aplicado que tal vez no lo merecíamos pero que levantaríamos la mala nota y nos serviría de lección.
Al enterarnos que estábamos todos desaprobados la primera reacción nuestra fue de protesta y enojo, luego hablamos todos con la profe y la entendimos, no nos quedo más que aceptar la nota que nos merecíamos castigo por no haber cumplido y haber desobedecido. Los siguientes dos ejes hicimos lo correcto y si mal no recuerdo todos tuvimos muy buenas notas con ella.
Esta experiencia nos sirvió a muchos, no volvimos a hacer la misma gracia a ningún otro profesor, nos hizo ser más responsables y actuar con madurez.
Este relato me pareció muy interesante, porque muestra el límite necesario que marcó la docente y la institución, sin que la relación afectiva se viera menoscabada. Una parte fundamental de la educación radica en que cada actor de la escuela se haga responsable de sus actos.
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